
Nutrición Consciente: Alimentación y práctica
- Laura Garcia / Awakening Yoga

- 6 sept
- 3 Min. de lectura
1 · Introducción
La forma en que nos alimentamos impacta directamente en cómo nos movemos, respiramos y sentimos, tanto dentro como fuera del mat. En el yoga, la tradición ayurvédica ofrece guías valiosas, pero con el tiempo aprendí que no existen fórmulas universales: cada cuerpo tiene su propio lenguaje y cada etapa de la vida pide ajustes distintos.
En mi caso, elegí un camino PESCETARIANO: el pescado es mi fuente diaria de proteína y recuperación, mientras que dejé atrás las carnes rojas y las aves hace muchos años. Lo noté de inmediato en mi práctica: menos pesadez, menos acidez, más liviandad para habitar cada asana. Sin embargo, no lo vivo como una regla rígida. Mi brújula es la escucha: observar cómo reacciona mi cuerpo, cómo se siente mi mente y qué sostiene mejor mi energía. También valoro la flexibilidad: disfruto de los momentos sociales, comparto una mesa con amigos o familia, sin que la nutrición se convierta en un aislamiento.
Como suele recordar Patrick Beach, lo importante no es “seguir un manual perfecto” sino descubrir qué te permite moverte con vitalidad y claridad. Se trata de energía, no de etiquetas.
2 · Principios de la nutrición ayurvédica
• Mitahara (moderación alimentaria). Comer con mesura, evitando tanto el exceso como la carencia. Elegir calidad antes que cantidad.
• Dieta sáttvica. Priorizar alimentos puros —frutas, verduras de estación, granos integrales, legumbres, lácteos de buena procedencia— que nutren cuerpo y mente y aportan claridad.
• Frescura y local. Buscar productos frescos y de temporada, evitando procesados y equilibrando los sabores (dulce, amargo, astringente, picante) para armonizar digestión y energía.
3 · Mi experiencia personal
Lo que comparto aquí es mi experiencia, no una fórmula que todos deban seguir. Cada persona debe probar en su cuerpo qué funciona y qué no.
• Proteína marina. El pescado me brinda fuerza y vitalidad, sosteniendo la intensidad de mi práctica diaria. Investigaciones científicas confirman que una ingesta adecuada de proteína favorece la reparación muscular y ayuda a mantener la energía en prácticas físicamente exigentes. Si alguien decide no consumir proteínas animales, es importante encontrar fuentes vegetales o combinaciones que cubran esas necesidades, porque el cuerpo necesita recuperarse del desgaste físico.
• Menos harinas refinadas. Al reducirlas, siento más ligereza y evito picos de energía seguidos de caídas bruscas. Está comprobado que los cereales integrales estabilizan el azúcar en sangre y aportan energía más sostenida que las harinas blancas.
• Azúcares naturales. No consumo azúcares refinadas, pero sí incluyo opciones naturales como la naranja —que me aporta energía rápida y vitamina C— o un toque de miel auténtica. La ciencia respalda que frutas enteras y miel, a diferencia del azúcar refinado, aportan nutrientes, antioxidantes y una liberación de energía más amable.
• Naranjas, frutillas, frutas secas y granola casera. Mi desayuno, después de la práctica matinal, suele ser una combinación de naranja y frutillas para frescura, fibra y antioxidantes, acompañadas de una granola hecha en casa con avena fina, almendras, nueces, semillas de girasol, semillas de zapallo, coco en escamas, un toque de aceite de coco y miel para gratinar. Esta mezcla me da energía equilibrada: rápida por la fruta, sostenida por los frutos secos y semillas. Repito este mismo ritual en la media tarde, porque me devuelve vitalidad sin pesadez.
• Flexibilidad social. Si no hay opciones ideales, no me culpo: sé que la constancia de mi práctica pesa más que un perfeccionismo imposible.
4 · Ejemplos de otros yoguis
• Shiva Rea sigue un camino sáttvico vegetariano, con vegetales, granos y lácteos éticos.
• Adriene Mishler promueve una dieta mayormente vegetal, con adaptaciones puntuales según sus necesidades energéticas.
• Practicantes dinámicos (como muchos en Awakening Yoga) integran pescado u otras proteínas de forma estratégica para sostener el ritmo de clases intensas y favorecer la recuperación muscular.
5 · Consejos prácticos
• Escucha interna. Antes de comer, respira y pregúntate: ¿qué necesita mi cuerpo hoy?
• Planificación flexible. Define tus “no negociables” y mantén margen para la espontaneidad.
• Journaling alimentario. Anota lo que comes y observa cómo impacta en tu práctica y en tu energía.
• Moderación consciente. Vive el mitahara: come hasta sentir confort, no exceso.
6 · Invitación a la práctica
1. Durante una semana, registra tus comidas principales y tu sensación al practicar al día siguiente.
2. Identifica patrones: ¿qué te aporta energía sostenida? ¿qué genera pesadez o dispersión?
3. Ajusta tu menú integrando más de lo que te nutre y reduciendo lo que no acompaña.
4. Observa cómo cambia tu práctica y también tu bienestar fuera del mat.
La nutrición consciente no se trata de reglas inamovibles, sino de un viaje personal de autoconocimiento. Con la conciencia como brújula y la nutrición como combustible, cada uno puede descubrir su propio equilibrio: uno que sea auténtico, sostenible y lleno de compasión hacia sí mismo.



Comentarios