
De la comparación al silencio: el reto como proceso, no como trofeo
- Laura Garcia / Awakening Yoga

- 5 jun
- 6 Min. de lectura
Actualizado: 9 jun
1 · Introducción
En la era de las stories de 15 segundos el yoga puede volverse un escaparate: cuanto más alto el salto, más likes. Pero la práctica nació para otra cosa: apagar las fluctuaciones de la mente, no encenderlas con el ruido del “yo también”. Este capítulo no demoniza las posturas desafiantes —Handstand, Forearm Balance, bakāsana a Handstand, jump-backs—; al contrario, celebra su poder transformador cuando son vividas como un proceso sensorial y no como una medalla externa.
2 · Por qué surge la comparación
1. Condicionamiento cultural – Desde la infancia aprendemos a competir por calificaciones, puestos o atención; el cuerpo sólo cambia de escenario.
Escena: Tenías 10 años. Llegas a casa orgulloso con un 7 en Matemática. Antes de que puedas contar cómo resolviste el problema más difícil, tu padre mira el boletín de tu hermana y suelta: “¡Un 9! ¿Ves? Si te esforzaras un poco más…”.
Huella en la práctica: Cada vez que el profesor corrige a otro alumno, tu mente recuerda aquel “no es suficiente” y el cuerpo se tensa para “subir al 9” de alguien que ni siquiera eres tú.
2. Sesgo visual – El ojo registra la forma ajena antes de sentir la nuestra; sin entrenamiento interior, la mente sale a buscar referentes.
Escena: Estás en Mandala Practice. Mientras giras al lado izquierdo ves de reojo a la persona de la esterilla vecina caer en un Hanuman Split impecable; el reflejo del espejo amplifica la escena. De inmediato pierdes la cadencia de tu respiración y fuerzas la apertura de cadera un milímetro más allá de lo cómodo.
Clave de alarma: El momento exacto en que la mirada sale del mat y el pulso se acelera sin razón práctica.
3. Identidad frágil – Cuando la autoestima depende del rendimiento, cualquier caída se vive como fracaso personal.
Escena: Llevas tres semanas intentando Handstand asistido a la pared. Hoy tu cuerpo está cansado y no consigues despegar ambos pies. Miras el timer y piensas: “Soy un desastre; jamás lograré avanzar a la siguiente serie”.
Resultado: El “no puedo hoy” se traduce a “no sirvo” y tu motivación se derrumba, como si tu valor personal pendiera de esos segundos invertida.
4. Entorno de estudio – Un salón lleno de mats puede activar el instinto de “no quedarme atrás”, sobre todo en secuencias avanzadas.
Escena: Clase llena, luces tenues, música en crescendo. El profesor anuncia “Forearm Balance en 5 respiraciones”. Ves a la mitad del grupo ya en Pincha. Sin calentamiento suficiente te lanzas, golpeas la pared y, al bajar, notas un pinchazo en el hombro.
Aprendizaje: El instinto de “no quedarme atrás” puede costar más que una lesión: te roba la oportunidad de preparar tu cuerpo a tu propio ritmo.
5. Autopercepción distorsionada – En casa también compito… pero con la imagen ideal que inventé de mí mismo: “Debería llegar más lejos”, “A esta altura ya tendría que sostener la invertida”.
Escena: Practicas sola con un video grabado. Pausas en Bakāsana y te grabas con el móvil. Al reproducir, sólo ves codos doblados y rodillas resbalando; comparas la imagen con el recuerdo del video perfecto y piensas: “A esta altura ya debería sostenerla como Patrick Beach”.
Consecuencia: Sin nadie alrededor sigues compitiendo, pero contra una foto mental editada. Olvidas que la cámara no muestra tu progreso interno: la respiración más serena, la caída con control, la paciencia ganada.
Reflexión · Handstand — del espejo exterior al viaje interior
(dentro del mat)
Reconocer
Inhala cinco tiempos, exhala cinco tiempos. Observa sin juicio: alguien ya flota en Handstand; tu versión presente tal vez sea un Standing Split firme o un Dolphin estable. En Awakening Yoga la meta es siempre lo accesible aquí y ahora.
Honrar
Celebra tus micro-victorias:
• 30 seg de Dolphin con respiración calma.
• Shoulder CARs lentos y conscientes.
• Standing Split sostenido junto a la pared.
Cada ladrillo fortalece la futura arquitectura de tu invertida.
Agradecer
Conviértete en alquimista: transforma la destreza ajena en inspiración, no en amenaza. Agradece que tu cuerpo esté disponible para explorar, adaptarse y aprender hoy.
Ajuste Awakening
Elige un gesto microscópico que nutra tu rango activo:
• 3 series de Toe-Point Squat Hover antes de cualquier intento de invertida, o
• Desde Uttānāsana, eleva talones y traslada el peso a las palmas sintiendo la línea media activarse.
Recordatorio del método
En Awakening Yoga no hay rigidez: Dolphin afina la base, Tree Pose educa el equilibrio, Standing Split refuerza la línea media. Lo que importa es respirar con calma en la variante que hoy te pertenece.
“El vuelo ajeno no es un trofeo que te falta, sino un faro que ilumina tu próxima práctica.”
“La cifra externa no reduce tu valía; es sólo una coordenada provisional en un mapa infinito de posibilidades.”
Cuando la comparación se transmuta en inspiración y regresa a tu interior como presencia amorosa, el ruido se apaga. Queda el pulso sereno de tu experiencia humana —raíz firme, alas abiertas— navegando dentro y fuera del mat.
3 · Mi experiencia personal
• Entro al estudio y extiendo mi mat al fondo, lejos del espejo.
• Cierro los ojos, escucho la respiración del grupo y busco el compás Inhalar 5 / Exhalar 5.
• A los veinte minutos de práctica, P.B. ofrece la opción de Dolphin o Forearm Balance. Elijo Dolphin: ahorro energía, calibro hombros y conservo la respiración estable. En sus sesiones maratónicas —casi tres horas— el desafío no es solo físico; consiste en sostener la chispa interna que convierte cada transición en juego. Si me agotara antes de tiempo, me perdería la experiencia completa.
• Cuando por fin subo al handstand, es mi minuto de descanso mental: no existe el afuera. Si caigo, exhalo largo y continúo; no comparo la duración ni la forma con nadie.
«Mi parámetro es el sonido de mi aliento, no la foto que podría publicar.»
4 · Señales de alerta
• Contienes la respiración al notar que alguien te mira.
• Ajustas la postura hacia el dolor con tal de “igualar” al vecino.
• Publicas cada logro físico pero ocultas los días de descanso.
• Sales del mat frustrado a pesar de no haber molestias corporales.
• Tu diálogo interno usa más “debería” que “quiero”.
5 · Herramientas para redirigir la atención
a) Ancla somática inmediata
• Exhala por la nariz y nota el roce del aire en la garganta.
• Siente las plantas de los pies o la palma contactando el suelo.
• Repite mentalmente: “Aquí. Ahora. Yo.”
b) Intención al inicio
Declara en voz baja qué cualidad cultivarás (paciencia, curiosidad, ternura). Si surge la comparación, regresa a la palabra sembrada.
c) Respiración como metrónomo
• 4 tiempos inhala · 6 tiempos exhala.
• Mantén el conteo aunque la forma externa cambie; la cadencia interna se vuelve tu referencia real.
d) Bloque libre consciente
En Awakening Yoga siempre existe un tramo para explorar. Usa esos minutos para moverte por placer, no por proeza. Cierra con tres respiraciones en Active Squat recordando tu intención inicial.
6 · Invitación práctica
1. Observa la próxima vez que llegue la comparación —en casa o en estudio— y nómbrala sin juicio: “Estoy comparando”.
2. Aplica el ancla somática y retorna al patrón respiratorio.
3. Escribe al final de la sesión:
• “Hoy me comparé cuando…”
• “Regresé a mí usando…”
• “Agradezco haber notado…”
Repite tres prácticas seguidas y celebra cada instante de consciencia, no el número de posturas “logradas”.
7 · Espacio de auto-reflexión
• ¿Qué postura dispara con más facilidad tu comparación?
• ¿Compites más en grupo o a solas?
• ¿Cómo cambia tu respiración cuando aparece el impulso competitivo?
• ¿Qué frase amable podrías decirte en lugar de “no llego”?
8 · Cierre
La competencia alimenta el ego; la comparación constante agota el sistema nervioso. La práctica vive en el umbral donde exhalas con honestidad, reconoces tu punto de partida y avanzas con disciplina, no con prisa. Cuando la atención se posa en el viaje interno, cada caída educa, cada pausa nutre y cada milímetro de movilidad se vuelve celebración.
Vuelve al mat, respira… y recuerda: lo que otros ven es sólo la superficie del océano; el yoga verdadero ocurre en la profundidad silenciosa que descubres cuando dejas de mirar alrededor y comienzas a mirar hacia adentro.
El yoga no excluye la excelencia física; la redefine. Un handstand perfecto es aquel en el que cuerpo y mente se vacían al mismo tiempo, aunque sólo dure un segundo y nadie lo vea. El aplauso interno pesa más que cualquier mirada externa. Practica para escucharte —y el ruido de la competencia se apagará solo.
Reconozco la tentación de compararme → Honro mi proceso único → Agradezco la oportunidad de crecer en silencio.

Laura García
Awakening Yoga 🪽

Hermoso texto, con mucho aprendizaje por recorrer!